Silencio: Silence

Silencio

Estaba comiendo sola, al menos eso pensaba cuando de repente, ahí en la silla morada a través de mi estaba Él. Claro que era Él! ¿Quién más podría ser? Empecé a imaginar lo que me diría, y lo que respondería a mi pregunta.
-Dios quiero que me digas ahorita! ¿Qué piensas de lo que quiero hacer? ¿Qué harías en mi lugar, qué harías Dios?-

Y Dios solo se queda mudo. No hay nadie sentado en la silla pero sabia que Dios estaba mirándome con esos ojos llenos de preocupación, como diciendo,
-Ay hija, de las cosas que te estas preocupando. Hay muchas cosas más que tienes que aprender. Cualquier decisión que tomes, es tuya mientras esa puerta este abierta.-

Mientras me concentraba en la silla trataba de estar los más atenta posible. Si es que Dios decidiera hablarme audiblemente estaba lista para escucharlo, Él siempre tiene cosas importantes que decir. Pero permaneció callado, no decía nada y sentí como que si Dios estuviese moviendo la cabeza en desacuerdo conmigo.

Sentía que Dios me observaba con esos ojos penetrantes que algún día miraron a María cuando él colgado en aquella cruz la veía llorar.
-Mi sangre es lo importante. Es lo que hace que todo nuevo una y otra ves. Es lo que redime tu situación y no te angusties, yo estaré contigo.

A veces, como dicen, Dios deja que escojas tus propios caminos. Él no es un Dios aburrido, le gustan las aventuras, y también le encanta sentarse conmigo mientras disfruto de un buen plato japonés para que al final haya tenido la mejor conversación de toda mi vida. Y dudo de ese silencio temeroso pero al mismo tiempo la silla en donde no estaba ningún ser sentado, había recogido vida mientras conversaba con Él. Y es tan extraño que no tiene que hablarme audiblemente para que yo pueda entender. Y es tan misterioso que su silencio me revela todo






Silence

I was eating alone, at least that is what I thought when all of a sudden across from me, there, in that purple chair was Him. Of course it was Him! Who else could it be? I began to imagine what he would say to me and what his response would be to my question.
“God I want you to tell me right now! What do you think of what I want to do? What would you do if you were in my shoes? What would you do God?

And God says nothing. There is no one sitting in the chair but I know God is looking at me with worried eyes as if he was saying, “oh child, the things you are worried about. There are many more things you have to learn. Whatever you decide, it’s yours as long as the door is open.”

While I am concentrating looking at the chair I try to be still as much as possible. If God was to decide to talk to me with his real voice I was ready to listen; He always has something important to say. But he said nothing and stayed quiet; I felt as if God was shaking his head with disappointment.
I felt as if God was observing me with those penetrating eyes that had once looked at Mary, watching her cry as He was hanging on that cross.

“My blood is the most important thing. It is what makes things new again. It is what redeems your situation; do not worry because I will be with you.”

Sometimes, like they say, God lets you choose. He is not a boring God; He loves adventures. And He also likes to sit with me while I enjoy a great Japanese meal so that in the end I would have had the best conversation in my entire life. I doubt His fearsome silence but at the same time, that chair where no one was sitting had somehow revived as our conversation kept on flowing. And it is so strange that even tough I don’t hear His real voice I understand. And it’s a mystery that His silence reveals it all.